Odio rotundamente que no me mires, que tus labios no quieran jugar conmigo, que te busque y te busque y no te encuentre. Odio que no me sigas queriendo y que sigas jugando a ese juego que hace tanto daño. Acaso no ves que tenemos que llegar a un fin, que el mundo no es mar de arco iris sino que esta corrompido por la maldad de los seres y las desilusiones que nos provocan.
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